¡Por fin soy trabajadora social! El tiempo pasa tan rápido. Todavía recuerdo la primera conversación con las que, por aquel entonces, eran completas desconocidas. Veíamos tan lejos el final, teníamos tanto miedo a no dar la talla, y, de pronto, cuatro años después, todo se acaba y te das cuenta de que ese miedo era infundado.
En esta entrada quería agradecer a todos los que han compartido mi vida durante estos años. Agradecer a los que están y a los que se han ido, sin duda sin ellos no habría llegado a la meta. Cada uno, de una u otra forma, me han impulsado a seguir.
Quiero agradecer a mis padres su confianza en mi y su apoyo para que encontrase algo que de verdad me gustase y a lo que quisiese dedicar el resto de mi vida. Espero algún día poder devolverles todo lo que han hecho por mí.
Gracias a mi hermano y a mi cuñada por acompañarme a lo largo de todo el proceso y por permitirme ver en sus ojos el orgullo que tanto necesitaba.
Gracias a mis amigos por seguir ahí a pesar de todo. Por arrancarme una sonrisa cuando más lo necesitaba, por llevarme en un viaje fugaz a Ferrol para que solucionase unos problemillas técnicos :), por comprender que estaba llegando al final de mi sueño y que necesitaba todo el tiempo del mundo para hacerlo realidad...Vosotros sabéis quienes sois :).
Gracias a una familia que me hizo sentir como si fuese una más, que me alentó durante todo el camino y que celebró con alegría que hubiese terminado. Y gracias a la persona que me hizo descubrir ese tesoro que, aunque ahora ya no forme parte de mi vida, me ha dejado un gran regalo, su madre.
Y finalmente, gracias a 3 personas sin las que sin duda este camino no habría sido el mismo. Daré sus iniciales porque son muy vergonzosas, jeje.
P: gracias por leerme los apuntes cuando no tenía ganas de nada, por demostrarme que no soy un bicho raro si no que somos dos, por reírte de mis chistes malos y por nuestras conversaciones paseando por la Alameda o alrededor de un buen café (ya lo sabes, eres mi mini yo,jeje :)).
A: gracias por tus consejos, por tu empatía, por tu poca paciencia tomando café, por tu sinceridad y por todo lo que has hecho por mí. Me has enseñado a valorar lo que de verdad importa mi pequeña rebelde :).
M: conocerte fue descubrir que tenía una hermana viviendo una vida paralela. Gracias por hacerme sentir útil, por tu alegría desbordante, por tus palabras inventadas, por ser la primera a la que le confié mis secretos. Gracias porque con solo una mirada sabes que es lo que estoy pensando.
Esto es el final de una era que comenzó con nervios y temor y el principio de otra que recoge los mismos sentimientos.
"La felicidad es saber unir el final con el principio."
Pitágoras
